Los sistemas vestibular y auditivo trabajan junto mientras procesan sensaciones de movimiento y sonido.
La influencia del oído es vital no solo para la audición, el equilibrio y la flexibilidad, sino también para la coordinación bilateral, la respiración, el habla, la autoestima, las relaciones sociales, la visión y el aprendizaje académico.
El sistema auditivo, como los demás sentidos, comienza con un componente defensivo, cuando somos bebés nos sobresaltamos cuando escuchamos ruidos fuertes o inesperados.
Poco a poco, nuestro cerebro desarrolla la capacidad de modular las sensaciones y decirnos si el sonido es uno que podemos disfrutar y usar o que debemos evitar para protegernos.
Las habilidades para escuchar y modular las sensaciones del sonido
Son la base de nuestra capacidad para escuchar realmente lo que nos rodean y comprender su significado.
El componente discriminativo del sentido auditivo evoluciona a medida que el niño se mueve, toca y se involucra en muchas experiencias multisensoriales.
Las funciones discriminativas, que nos ayudan a refinar los detalles sobre el “qué” y el “dónde” de los sonidos incluyen:
- Localización: la capacidad de identificar la fuente de un sonido.
- Rastrear: la capacidad de seguir un sonido.
- Memoria auditiva: la capacidad de recordar lo que se escuchó, y referirse a ello de inmediato (memoria corto plazo) o más tarde (memoria largo plazo)
- Secuenciación auditiva: la capacidad de ordenar lo escuchado y repetirlo en orden lógico.
- Discriminación auditiva: la capacidad de comparar y contrastar sonidos ambientales y escuchar semejanzas y diferencias en los sonidos de las palabras (flauta / fruta).
- Figura-fondo auditivo: la capacidad de distinguir entre los sonidos de primer plano y los de fondo, con el fin de escuchar el mensaje principal sin distraerse.
- Asociación: la capacidad de relacionar un sonido nuevo con un sonido familiar, como conectar el ladrido del cachorro nuevo del vecino con la categoría de “perro”.
- Cohesión auditiva: la capacidad de escucha de nivel superior para unir varias ideas en un todo coherente, para extraer inferencias de lo que se dice, para comprender acertijos, bromas, juegos de palabras, problemas matemáticos verbales y tomar notas en clase.
- Atención auditiva: la capacidad de mantener la concentración lo suficiente como para escuchar la lección, una historia de un maestro, esencial para unir las otras habilidades de procesamiento auditivo.
¿Cómo saber si el sistema auditivo está fuera de sincronización?
Un problema de procesamiento auditivo a menudo ocurre junto a un Desorden de Procesamiento Sensorial, sin embargo también puede ser independiente, como resultado, quizás, de infecciones de oído o pérdida de audición.
Una persona puede oír adecuadamente, pero procesar los sonidos de forma lenta o inexacta.
Puede tener problemas para modular o discriminar sensaciones.
El lenguaje también puede verse afectado, pues recordar lo que quiere decir, poner en orden sus pensamientos o pronunciar las palabras puede ser difícil.
También puede tener problemas para pronunciar las palabras con la suficiente claridad como para que se entiendan.
Pueden presentar hipersensibilización auditiva, es decir que se mantiene constantemente en alerta pues deben escuchar todo , algunos se distraen fácilmente y responden al ruido ordinario con un sobresalto infantil de todo el cuerpo. Este estado de alerta incesante y al límite consume energía, interfiere con el aprendizaje y obstaculiza el desarrollo del lenguaje y las interacciones sociales.
Reacciona fuerte, rápida y negativamente a ruidos fuertes e inesperados. Escuchará todo, incluso los sonidos que están muy lejos y débiles o agudos para que la mayoría de las personas los escuchen.
Cuando escuchan sirenas a todo volumen, torres de bloques que se derrumban o gente masticando, puede quejarse o taparse los oídos.
Por otro lado puede que haya niños que no se den cuenta de los sonidos que otros escuchan, es decir que tienen hiposensibilidad auditiva, no responde a los sonidos tranquilos, suaves y susurros, ni a los sonidos, voces, preguntas y comentarios ordinarios, y cuando responda puede que lo haga susurrando.
También existe los ansiosos sensoriales, quienes aman las multitudes, los lugares con ruidos fuertes y por lo general quiere subir el volumen, pueden hacer sus propios sonidos ruidosos usando su “voz exterior” en el salón de clases, aplaudiendo y cantando ruidosamente.
Y por último quienes no discriminan auditivamente, quienes pueden tener dificultades para detectar semejanzas y diferencias en las palabras. Puede que les sea difícil prestar atención al maestro pues se distraen con los ruidos de fondo.
Su lenguaje receptivo puede verse afectado, así como el expresivo.
Puede parecer que no cumple con las instrucciones o no las siga bien, por no poder decodificar lo que se dijo.
Si sospechas que tu hijo pudiera necesitar estimulación auditiva, recuerda que un profesional con especialidad en Integración Sensorial es el más adecuado.
¿Cómo estimular el sistema auditivo?
Primero que hay que descartas problemas auditivos, los profesionales que pueden asesorar y dar tratamiento pueden ser:
- Pediatra
- Otólogo (médico especializado en enfermedades del oído)
- Audiólogo (especialista en evaluar las discapacidades auditivas).
En publicaciones anteriores, les hablamos sobre el aprendizaje auditivo en el síndrome de Down así como actividades que podemos realizar para estimular , también hemos hablado sobre la estimulación sonora a base de programas diseñados específicamente para la estimulación del sistema auditivo.
Un fenómeno que se observa a menudo es que un niño que normalmente no habla mucho o bien, empezará a hablar una vez que se ponga en movimiento. Así que entre más movimiento mejor.
Se puede suavizar el sonido en un aula ruidosa, con una alfombra, colocar al niño en el lugar más alejado posible de peceras, puertas.
Complementar con apoyos visuales para ayudarlo con la información auditiva que puede perder.
Hoy además les dejamos estos videos de discriminación auditiva que pueden utilizar