Nunca pasó por mi cabeza ser mamá tan joven, aunque tengo que admitir que tener hijos era una de mis ilusiones más grandes.
Hasta tenía una lista de nombres ya escogidos para el futuro, pero por el momento estudiar y divertirme era mi prioridad.
Alessandra no fue planeada, sin embargo fue una bella sorpresa que me hizo replantear mi futuro.
El primer trimestre mi doctor me informa que mi bebé está perfecto, sus medidas son las correctas, el tamaño de su cabecita, la formación de su cuello y su columna de campeonato, sin embargo en el próximo eco se vería todo con mayor claridad.
En el segundo trimestre, mi bebé continúa con un crecimiento normal, su carita ya es visible, me explica muy detalladamente que la nariz es un punto de referencia para los bebés con SD por la falta de un huesito y mi bebe tiene su nariz perfecta!!!
Les voy a ser sincera yo lo que quería ese día era saber el sexo de mi bebé
Porque tanto Miguel como yo queríamos una niña. Cuando el doctor nos lo confirmó fuimos los padres más felices del mundo.
En el tercer trimestre y último ultrasonido Alessandra no deja que veamos su carita, con sus manitas la tapaba y por más que el doctor hizo la lucha, no hubo manera de que nos dejara verla, pero tenía un tamaño y peso correcto.
Llega por fin el día tan esperado llegamos al hospital super contentos en un ambiente de fiesta, yo muy tranquila pero ansiosa de tener ya a mi bebé en brazos. Llega el equipo médico y me dan mucha tranquilidad.
Nos toman la clásica foto de los tres y por solo unos instantes me dejan ver la cara de quien para mi es la bebe más hermosa del mundo.
De repente todo cambia en el ambiente todos callan
Mi doctor deja de hacer bromas y la pediatra me dice la bebé cambió de color hay que llevarla a la UCI, Miguel va conmigo…
¿por qué? ¿Qué pasa? yo comienzo a aterrorizarme. Se que algo malo pasa pero nadie me explica tengo mucho miedo. Termina mi operación y me dejan con las enfermeras de recuperación que tratan de hacerme plática pero yo apenas las escucho yo sólo quiero que me digan que tiene mi bebé.
Cuando me trasladan a mi cuarto veo a mi abuela que trata de poner buena cara pero no le sale, yo ya estoy a punto de enloquecer. De pronto llegan Miguel y la pediatra que me dice: “Vale, hay una gran posibilidad que Alessandra tenga Síndrome de Down…”
Nuestras vidas cambiaron, Miguel y yo nos sentíamos tristes, asustados ¿Qué sería de nuestra bebé? ¿Qué sería de nuestra vida? ¿Qué pasaría con todos los planes que teníamos para ella? Sentíamos que nos habían cambiado a nuestra hija.
Ese mismo día bajé a la UCI a conocer a Alessandra con todo el miedo del mundo pero cuando la mire por primera vez yo no vi el Síndrome de Down, lo que vi fue a la bebé más hermosa que jamás hubiese visto y me enamoré.
Aunque tengo que confesar que esa noche Miguel y yo lloramos como jamás habíamos llorado en nuestra vida.
Miguel y yo no sabíamos nada acerca del Síndrome de Down
Y eso incluía a nuestras familias también. Por ejemplo, mi mamá estaba en shock y ahora me confiesa que ella sólo pensaba en mí y en cómo me iba a afectar.
Debo confesar que ni Miguel ni yo queríamos decirle a nuestros amigos, no sabíamos como hacerlo, yo le dije que no quería ver a nadie, pero al día siguiente me decidí a contarlo y quiero decirles que todos se volcaron a apoyarnos.
Fue increíble como ese cuarto un día antes estaba tan triste y volvió a tener vida, porque todos querían estar con nosotros, nos llenaron de amor, un amor tan grande que volcaron de inmediato en Alessandra, mis dos mejores amigas hoy son las madrinas de Alessandra y la aman tanto que se que mi niña siempre estará protegida por ellas.
Mención aparte para mi hermana que en el caos del nacimiento y la sorpresa, fue la única que corrió al cunero para preguntar por la salud de Alessandra y después a solas conmigo, cuando yo le abrí mi corazón temeroso, me dijo la frase más hermosa del mundo:
“ No te preocupes hermana todo estará bien, por lo pronto yo tengo suficiente amor para las dos.”
Los papás de Miguel nos brindaron su apoyo incondicional y junto con mi papá fueron los que resolvieron las cosas prácticas e importantes que nos hubieran agobiado al máximo .
En general toda nuestra familia estuvieron para nosotros y para Alessandra
Mi mamá cuando tuvo a Alessandra en sus brazos por primera vez se imprimo de ella a tal grado que hoy por hoy son las mejores amigas y se aman con locura.
En el Crit Teletón, mi bebé hizo su debut a los dos meses de vida y fue impresionante como se ha desarrollado gracias a esas terapias .
Alessandra caminó al año cuatro meses, tiene fortaleza en su cuerpo, brinca, corre, come sola, patea pelotas, arma cubos; su desarrollo casi va a la par de una niña regular.
¿magia? ¿suerte? o como dicen los “entendidos” tiene muy poquito Síndrome de Down “No nada de eso, mucho menos lo del “poquito síndrome” Alessandra recibió unas excelentes terapias y hoy por hoy es nuestro motor de vida para qué más pequeños las reciban.
Pero como todos los niños en unas cosas será adelantada en otras no y no pasa nada. Estaremos apoyándola en cuanta terapia necesite.
Como ya les dije nosotros desconocíamos todo acerca del Síndrome de Down
Nunca ni por asomo pensé que formaría parte de nuestras vidas así que Miguel y yo empezamos a estudiar a preguntar y quién mejor para orientarnos que los papás con hijos con Síndrome de Down.
Ahí es donde comienzo a seguir cuanta página llama mi atención, sería imposible nombrarlos a todos para agradecerles cuanto me enseñaron pero fue tanta la ayuda que ahora somos nosotros quienes tratamos de guiar a padres que empiezan por éste camino.
Les platicare un poco lo que es nuestra vida con Alessandra resumiéndolo en una sola palabra MARAVILLOSA.
Maravillosa como la de cualquier padre, Alessandra nos enseña a diario y poco a poco se derrumbaron TODOS LOS MITOS
Alessandra no es una súper bebé, no es un angelito, no siempre está feliz, no es una heroína, no es una prueba de que somos los mejores papás y por eso nos eligió…
Alessandra es una niña como cualquier otra y en eso reside lo maravilloso, cuando tenemos un bebé con Síndrome de Down el desconocimiento hace que las personas aunque bien intencionadas te digan cosas que ni son ni por asomo ciertas.
A nosotros nos toca visibilizar y educar para que nuestros hijos tengan todas las oportunidades que merecen y a las cuales tienen derecho.