Ignacio David es nuestro segundo hijo, nació el 12 /09/2018 deseado y buscado …. 11 años después de mi primer hijo, un embarazo totalmente normal, su crecimiento y evolución fue correcto durante toda las etapas.
Nunca hubo un indicativo de que venía con síndrome de Down o nada.
La primera vez que me lo dijeron fue en el momento de la cesárea.
El doctor me indicó que el niño había nacido bien, peso 2.700 midió 47 y el pediatra le dijo que el niño poseía rasgos de trisomía 21.
Me quedé impactada ya que al nacer lo vi perfecto y no vi ningún rasgo de nada, me puse un poco triste porque desconocía todo acerca sobre el síndrome de Down y lo que se me avecinaba.
Cuando salí de la recuperación, le comente a mi esposo y él me dijo…. “mami quédate tranquila, que es un bebe hermoso”.
Cuando lo trajeron a la habitación, lo recibimos con todo el Amor y no logramos detallar los rasgos, nunca tuvimos ningún sentimiento de rechazo, lo cargamos, lo mimamos era perfecto.
Le dije a Dios gracias por mi bebe y que solo quería que estuviera sano … él tomó su pecho normal.
Yo sentía algo de miedo o incertidumbre, porque realmente desconocía sobre la condición.
Luego la doctora subió y nos explicó en detalle cada rasgo que ella le vio y nos las índico, nos dio la orden para hacer el cariotipo, nos explicó que sus rasgos eran leves pero si tenía indicativos como el cuello corto, la palma de la mano izquierda con línea simiesca e implantación baja de las orejas.
Fue cuando empezamos a investigar
Al salir le hicimos su estudio, tardaba el resultado unos 15 días o más y mientras esperábamos el diagnóstico, nosotros seguíamos investigando sobre el SD.
Se le hicieron eco cerebral, abdominal, lo llevamos al Neurólogo, consulta Oftalmológica y también resultó perfecto. Lo llevamos al cardiólogo y resultó estar muy bien!!!! sin ninguna cardiopatía que es lo que frecuentemente afecta esta condición.
Hasta el día de hoy más de 2 años después, ha resultado ser un niño sano, con crecimiento normal, todos sus chequeos con cada especialista han salido todos bien, Gracia a Dios
A los 5 meses lo llevamos a estimulación temprana, empezó a caminar a los 22 meses. Ya dice algunas palabras 🙂 no hemos tenido ningún inconveniente con nada, ya que médicamente ha ido al ritmo de un niño sin condición de SD.
Para nosotros que estábamos llenos de miedo y preguntas
A medida que todo iba saliendo bien, toda esa nube de dudas y preocupación por el tema de su salud quedó disipada.
Más que miedo estamos agradecidos con Dios por el milagro de nuestro hijo y de estar totalmente sano.
Ha superado cada etapa sin problemas, ha superado todas las expectativas!
Estamos muy contentos con su evolución, incluso el pediatra siempre nos dice que él va muy bien.
Lo apoyamos en familia, su papá , su hermano y yo lo hemos ayudado en todo sin presión, a su ritmo.
No ha requerido de apoyo de fisioterapias o de otra índole. Éste año está a la espera de ser chequeado nuevamente por la cardióloga y su neuróloga, veremos si nos indica algo la neuróloga.
Él es la alegría para toda la familia, es el niño más amoroso y consentido de todos
Y cada día nos sorprende más con su inteligencia y capacidad de aprendizaje.
Este año planeamos inscribirlo en un maternal, ya que, irá a un colegio regular, no especial!, irá al ritmo normal de cualquier niño sin condición, porque creo que la clave para que ellos evolucionen a un ritmo.
Nosotros como padres, como familia y sobre todo su núcleo principal en el hogar, sentimos y creemos que no se debe percibirlos como si fueran personas especiales, diferentes o incapaces … porque no lo son.
Hay que tratarlos igual que cualquier niño, no limitarlos, porque si los ves distintos, uno mismo es el que etiqueta a su hijo o la familia …. por lo que es probable que muchas personas con SD se puedan sentir diferentes o limitados.
Recuerdo las bellas palabras de la primera pediatra que fue la que nos dijo de su condición, “mamá y papá, alégrense porque él, es un niño sano, tómenlo por igual, porque además es un niño muy guapo, hay niños que nacieron hoy sin su condición pero con un tema de salud delicado, así que de verdad son afortunados y bendecidos”
Así que Nosotros decidimos verlo no desde su condición, simplemente como un niño excepcional, capaz de lograr lo que desee, los límites están en nuestra mente y tengo la certeza de que Ignacio al igual que todos los niños con esta condición son extraordinarios, la clave está en hacérselo saber, apoyarlos y ayudarlos a alcanzar todo lo que quieran lograr en la vida!
Cada día agradezco a Dios por escogernos como familia para nuestro Ignacio, todas las familias que tenemos un niño con un cromosoma extra, somos afortunados. Así nos sentimos, extra bendecidos!!
Gracias por darnos esta oportunidad de conocer nuestra historia, somos de Caracas, Venezuela.
Gracias por su honestidad y compartir su historia