Nuestra historia comienza cuando nos enteramos que estábamos embarazados, hacía rato que lo planeábamos, y la noticia llegó enseguida respecto a lo que tardamos con su hermana.
El embarazo comenzó a avanzar de lo más bien, viajamos para cada control, mes a mes y todo marchaba excelente, su hermana siempre dijo que quería un bebito varón.
Así fue que llegamos a la ecografía de la translucencia nucal, por lo que la doctora que la realizó indicó que todo estaba perfecto, Luego tomó la medida de la nuca, propia de esa ecografía y también nos dijo que estaba todo excelente.
También pudimos confirmar en esa eco que era el bebito varón que tanto esperaba su hermana, así que después de esto ya supimos que su nombre sería Salvador.
Luego de esto tuvimos que volver a presentarle a nuestra obstetra el resultado y el control correspondiente, ¡peeeero… PANDEMIA!!
Llegó el confinamiento a nuestro país, aislamiento absoluto
Y allí comenzamos a tener un poco de miedo porque no sabíamos que iba a pasar, cómo íbamos a seguir con nuestros controles, más que teníamos que viajar y siempre se necesitaban permisos y no sabríamos si en el camino nos pararían y nos enviarán de vuelta aun en mi estado.
Me comuniqué con mi obstetra a través de las redes ya que todavía no tenía su número de celular, me dijo que me quedara tranquila, que en la clínica se habían organizado para atender a las embarazadas solo en determinadas semanas, así que a mí según eso me tocaba ir en la semana 22.
Cuando me fui a hacer la eco, la doctora que la hizo me cuenta que tenía dilatado los riñones, que podía desaparecer o no en el transcurso del embarazo, también me preguntó si tenía parientes con problemas renales (cosa que no debió haber hecho, ni emitir juicio alguno).
Ahí me preocupé ya que mi tío, hermano de mi papá había sido trasplantado de riñón, mi padre el donante, salí llorando hasta llegar al auto y contarle al papá lo que me habían dicho, me comuniqué con mi obstetra quien me dijo lo mismo, esperar que desaparezca, sino control post natal, que solo podría llegar a sufrir infecciones urinarias.
Hicimos la Eco 5D tan ansiada también para por fin verle la carita y conocerlo
Lo primero que dijimos cuando lo vimos fue que era igual a su hermana, más cachetón, hasta la médica dijo que Salvi era hermoso y que iba a cambiar las fotos del consultorio poniendo las fotos de él ya que nos había hecho unas muecas divinas.
La doctora me dijo que a los 15 días de la fecha probable me fuera a instalar en Córdoba para estar tranquila si llegaba el momento y estaba lejos, así que así hicimos, me fui con el bolsito el último control, me instalé en la casa de mi mamá con Helena.
Pablo se quedó trabajando y quedamos que le avisará cuando empezara el trabajo de parto.
Me levanté esa mañana y el tapón mucoso empezó a caer, así que llamé a Pablo, se preparó y partió rumbo a Córdoba a nuestro encuentro.
Me revisaron me dijeron que era normal que me pase eso a esa altura que el parto podía desencadenarse ese día como en 10 días. La cuestión es que ese mismo día tipo 20 ya empecé con contracciones más seguidas y dolorosas, no pude cenar, dormir ni hablar.
Alrededor de las 4 de la mañana le dije a Pablo que no daba más que fuéramos a la clínica, llamamos a mi papá para que fuera a quedarse con Helena y partimos con todo.
Llegamos y ya tenía 4 de dilatación
Nos quedamos, ya quedaba poco para conocernos con Salvi.
Luego de muchas horas, me avisaron que iba a cesárea porque no podían esperar más…entré en llanto ya que anhelaba mucho mi parto vaginal.
Me llevaron al quirófano y Pablo quedó esperando en la salita.
El ambiente en el quirófano era muy lindo, buena onda, Coldplay de fondo, 20.25 nació Salvi, la neonatóloga que lo recibió me lo acercó y puso sobre el pecho y hombro, mientras eso pasaba me fue diciendo “mamá Salvi tiene ojos rasgados, las orejas debajo del nivel” y varias cosas más…
Debíamos hacer una prueba genética para confirmar el diagnóstico pero Salvi tenía fisonomía compatible con Trisomía 21.
Le dije que sí, que me daba cuenta, pero lo seguí acariciando y le hablaba, él así se calmaba y dejaba de llorar, se lo llevaron al papá que lo esperaba, ahí le dieron la noticia a él, me hubiera gustado estar juntos para recibir la noticia.
Lo impactó, quedó sentado en una silla, luego de recuperarse filmó y sacó fotos mientras lo pesaban y realizaban los primeros controles.
La neonatóloga volvió y me contó cuánto pesó y que ya le habían contado al papá, que estaban bien los dos.
En ese momento solo pregunté qué pasó?, porque no lo supimos ni pudimos ver en ninguna ecografía, mi obstetra agarrándome la mano libre. me dijo que podía pasar, que no siempre se detecta en las eco.
Ya en la habitación nos encontramos los 3, el gordo súper bien y no tuvo mayores problemas para comer.
Una vez solos con papá pudimos abrazarnos y llorar un poco
Le pregunté que le habían dicho y me dijo lo mismo que a vos, que debíamos esperar la prueba genética, también dijimos que mientras estuviéramos juntos todo sería mejor para Salvi y para nosotros como familia.
Luego caímos que teníamos que contarles al resto de nuestros familiares y amigos que todos esperaban novedades, en mi caso a la primera que le conté fue a una de mis hermanas, le dije “Ivana, nació con síndrome de Down, no sé cómo contárselo a los demás”.
Me dijo: “quédate tranquila que yo me ocupo”, así fue que ella se encargó de dar la noticia y contarme cómo la iban tomando.
Hubo desde llantos hasta alegrías, agradezco a Dios la familia hermosa que tenemos, mi papá al recibir la noticia quiso salir corriendo a la clínica a vernos, darnos el abrazo que necesitábamos.
Así que allá fueron a la clínica con mi hermana, mi papá se quedó con Pablo afuera y mi hermana subió a verme a mí y al bebé.
Por su parte Pablo se encargó de contarle a su familia, donde también hubo llantos, afecto y acompañamiento a la distancia.
Sabíamos que teníamos que contarle a Helena que ya teníamos a su hermano, así que ni bien nos repusimos le hicimos una videollamada, jamás olvidaré su carita cuando vio que lo teníamos, la felicidad de esa nena fue única e indescriptible, ni explicar cómo fue su primer encuentro una vez que tuvimos el alta, hoy les digo, cada uno es la luz de los ojos del otro.
Le hicieron la primer ecografía reno vesical, primer control postnatal sobre la dilatación pielocaliceal que pudo verse a las 22 semanas.
Fuimos al urólogo, una persona muy empática, nos explicó con claridad en qué consistía su dilatación, que lo más probable era que cerca del año tuvieran que operarlo.
También había que controlar sus riñones que no perdieran funcionalidad por esta dilatación, así que también asistimos a una nefróloga y en conjunto llevan su caso, a los dos meses nos mandaron a hacerle dos estudios uno para ver si tenía reflujo de orina y si había obstrucción, y si la hubiera dónde y otro para ver cómo estaban funcionando sus riñones.
De esto salió que la obstrucción está en el uréter en la entrada a la vejiga, y la operación consistiría en abrir, sacarla y volver a conectar el uréter a la vejiga.
A lo largo de los controles, en los primeros sobre todo aumentaba considerablemente, lo cual hizo pensar al médico la posibilidad de ponerle un drenaje para que no perjudica al riñón, adelantar la operación a los 8 o 9 meses, luego de esto la dilatación comenzó a mantenerse, y debido al crecimiento del bebé pareciera empezó a achicarse, nos dio una remota posibilidad que con el crecimiento esto llegue desaparecer pero que no nos ilusionamos.
Así que ahora esperamos el próximo control el mes entrante para ver cómo sigue esta cuestión.
Cuando Salvi nace, junto con el neonatólogo que lo atendió esos primeros meses y la genetista, fueron quienes nos guiaron y orientaron más o menos sobre su condición, ya que ambos sabíamos poco y nada acerca del Síndrome de Down.
En mi caso particular, en algún momento me tocó trabajar con personas con SD.
Ahí supe de las características que podían tener las personas con SD, tenía noción de las cardiopatías, la hipotonía e híper laxitud.
El papá sabía menos que yo, así que fuimos aprendiendo juntos sobre las características.
Una de las primeras que nos indicaron fue, sobre la Estimulación temprana, el neo nos dijo a partir de los tres meses, pero después mucha gente cercana empezó a decirnos que mientras más temprano sea, mejor era, así fue que nos pusimos en campaña de buscar un centro donde le hicieran esta atención.
Salvi más allá de su condición, se estaba llevando todo el tiempo de Helena, ella pregunta seguido si ella cuando era bebé también iba a los médicos como él.
Una de nuestras preocupaciones fue cómo le contarías a ella, en la clínica donde nació también nos mandaron una psicóloga familiar, ella nos dio una charla muy linda y también nos dijo que no hacía falta explicarle sino dejarla que sola pregunte e ir respondiendo sobre la marcha, que cuando tuviera edad, lo entendería más claramente, solo tiene 5 años.
Hoy Salvi es un niño saludable y muy estimulado, no solo por su psicomotricista, sino por la que recibe a diario en casa de parte de su hermana y todos los que conformamos su entorno cercano. Es un niño feliz que nos llena de alegría y orgullo cada logro, cada avance en su desarrollo.
Qué el sea feliz nos hace a todos felices, no cambiaríamos por nada del mundo que fuera diferente su llegada al mundo.
Gracias por su honestidad y compartir su historia
Conoce más sobre @creciendo_con_salvador y su familia
Hermosa historia de amor! No dudo de que el como tantos otros niños “salvan” al mundo de nuestras miserias, egoísmos porque son un derroche de cariño. Conozco a Nadia, Pablo, Helena y Salvi. Son una familia hermosa, de grandes personas. Dios reserva solo para algunos estos dones y oportunidades, aunque lleve un tiempito a veces acomodarse a la noticia de lo diferente. Gracias por compartir estas notas que tanto bien nos hacen. Felicitaciones y abrazos a la familia!.